domingo, 2 de diciembre de 2012

Un poco sobre el blog...

Veamos, hace ya un año que tengo el blog. He escrito unas cuantas reseñas y he compartido con vosotros algunos de mis escritos, pero no os he dicho que, de hecho, este blog está lleno de simbolismos. Veréis, cuando abrí la página, pensaba escribir un poco más sobre mi novela, pero de momento no he hecho nada. Como os habréis dado cuenta, me encanta escribir, es una de mis mayores aficiones, pero no solo eso: también me encanta dibujar. Dibujo todo lo que se me pasa por la mente, y por tanto tengo cerca de cien dibujos de los personajes y escenas de mi libro. Entre ellos está el fondo del blog.
En el fondo del blog se pueden ver dos chicas sentadas, pero para mí representa mucho más. No son solo dos chicas, son las protagonistas de la novela, Clea y Laila, que son muy parecidas pero muy distintas al mismo tiempo. Este dibujo lo hice poco antes de cumplir trece años, es decir, hace tres. Lo hice porque, dentro de la trama de la novela, tiene mucha más importancia de la que se puede ver a primera vista. De hecho, Clea lo encuentra en una web (que representa que es esta). 
¿Y cómo llamo yo a mi novela? Crónicas de las Tinieblas, mi nickname. En un principio la había llamado Clea y Laila: La profecía, pero lo cambié cuando decidí que ellas no serían las protagonistas de la segunda parte, de la que tengo tres versiones del primer capítulo. 
Este libro está acabado desde hace un año y medio, y aunque me gustaría enviarlo a la editorial, me de mucha cosa... Es una novela muy personal, ya que las protagonistas reflejan como era yo con doce años y como veía el mundo. Clea y Laila son dos caras de una misma moneda, una refleja las inseguridades y la timidez propias de una niña que está comenzando a dejar de serlo, y la otra refleja justamente lo contrario, la seguridad que da saber que dejas de ser pequeña. A pesar de eso, las gemelas no dejan de ser niñas y es algo que me ha costado mucho mantener, ya que no escribe igual una niña que una chica de casi quince años. Me ha tocado revisar infinidad de veces el libro y aún encuentro expresiones y frases, hacia el final de este que no son en absoluto propias de una niña.
Han pasado cuatro años desde que comencé a escribirlo, de modo que mi hermano ya tiene doce años. Ahora puedo revisar el libro y arreglar, no solo las formas de Clea y Laila, sino también de los otros personajes: los compañeros de clase y los mayores. 
Hay muchos otros simbolismos, por ejemplo, el color del blog: el violeta. ¿Por qué? Pues porque es el color de los ojos de Clea, un color muy poco común pero que existe y me parece precioso (como los de Elisabeth Taylor). Laila tiene los ojos azules, y es la única diferencia entre las gemelas. 
Al principio quería que todos los personajes tuvieran nombres de origen hebreo, pero más adelante decidí que mejor no. Veréis, una de las hermanas de Clea se llama Yam, que quiere decir Mar, a mí me hubiera gustado llamar a mi protagonista Yom (Día) ya que Laila quiere decir Noche, pero no sonaba bien y me quedaría sin nombre para su hermana, que tiene afinidad con el agua. Otra razón por la que no lo hice, es que no me gustaba como le quedaban los nombres de chico al único hermano, y mucho menos a los compañeros de Clea, así que hay un a mezcla entre nombres raros y comunes. A pesar de eso, no me preocupa, ya que es algo que pasa en otros libros, como Harry Potter (Harry, Hermione, Ron, Severus, Sirius, Draco). 
Otra cosa que hay en el blog pero que no os daríais cuenta si no es lo dijera es el nombre: Cada estrella es una idea. Escogí las estrellas por hacerle un pequeño homenaje a una de mis mejores amigas, Carla. Ya hace tiempo que su símbolo es la estrella y el mío el corazón, así que pensé: ¿Y porqué no?
Bueno, espero que esto os haya ayudado a conocer un poco más mi pequeño mundo y a entender el porque de muchas cosas. En fin, !un besazo a todos! Aquí os dejo un par de dibujos.
PD: ahora hay un traductor en el margen para los que prefiráis leer mis posts en catalán o en el idioma que sea.